viernes, 14 de enero de 2011

Ausencia



Es menester que vengas,
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho,
y torno a ser el hombre abandonado
que antaño fui, mujer, y tengo miedo.

¡Qué sabia dirección la de tus manos!
¡Qué alta luz la de tus ojos negros!
Trabajar a tu lado, ¡qué alegríaI;
descansar a tu lado, ¡qué sosiegoI

Desde que tú no estás no sé cómo andan
las horas de comer y las del sueño,
siempre de mal humor y fatigado,
ni abro los libros ya, ni escribo versos.

Algunas estrofillas se me ocurren
e indiferente, al aire las entrego.

Nadie cambia mi pluma si está vieja
ni pone tinta fresca en el tintero,
un polvillo sutil cubre los muebles
y el agua se ha podrido en los florero.

No tienen para mí ningún encanto
a no ser los marchitos del recuerdo,
los amables rincones de la casa,
y ni salgo al jardín, ni voy al huerto.

Y eso que una violenta Primavera
ha encendido las rosas en los cercos
y ha puesto tantas hojas en los árboles
que encontrarías el jardín pequeño.

Hay lilas de suavísimos matices
y pensamientos de hondo terciopelo,
pero yo paso al lado de las flores
caída la cabeza sobre el pecho,
que hasta las flores me parecen ásperas
acostumbrado a acariciar tu cuerpo.

Me consumo de amor inútilmente
en el antiguo, torneado lecho,
en vano estiro mis delgados brazos,
tan sólo estrujo sombras en mis dedos…

Es menester que vengas;
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho.
Ya sabes que sin ti no valgo nada,
que soy como una viña por el suelo,
¡álzame dulcemente con tus manos
y brillarán al sol racimos nuevos.

Autor: Baldomero Fernández Moreno

imagen: Nicolás Valentín
granangular.net

1 comentario:

  1. Un poema donde peregrina el alma en las esferas del amor, mientras el cuerpo de desvanece. Este poema tan intenso nos muestra la apetencia que tenemos de ser amados, en una imperfección de nuestra naturaleza. Deseamos porque nos falta ser, el deseo de alcanzar el amor es la señal de esta imperfección, donde el romance del amor admite la natural apetencia de sr amado que se convierte en dolor, castigo y hasta en culpa. A la criatura imperfecta no le basta con amar, por eso sufre y sufrirá. dejará de sufrir cuando le amen y ame, allí vendrá el goce indescriptible y bastará con cerrar los ojos del alma, la imagen del ser amado le envolverá y volverá a vivir.
    felicitaciones querida poeta
    Víctor Manuel Guzmán
    Quito - Ecuador

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